viernes, 17 de septiembre de 2010

UN POCO DE HISTORIA...

A principio de los años setenta, la fiesta discurría al ritmo marcado por ese tiempo, impregnados de la influencia del desarrollo económico. La gente había cubierto ya las necesidades elementales y aspiraba a más.

Los moros y cristianos de la renovación, tenían ya la larga experiencia de más de una década y empezaba ya a sentirse el cansancio de tanto desfile. Se echaba de menos un sitio donde reunirse y pasarlo bien durante la noche. La fiesta había caído en una monotonía, los cristianos eran más que los moros, que habían perdido sus grupos de esclavas que tanta brillantez les daban. Las madrinas acabaron con las esclavas moras y con las damas cristianas. Aquí todo el mundo quería ser cuando menos princesa. Y como consecuencia tuvo que venir una reacción en sentido contrario, capaz de motivar de nuevo a la gente.
A finales de Mayo de 1971 un grupo de amigos que provenían la mayoría de otros grupos convinieron la necesidad de crear un movimiento capaz de convulsionar a los festeros, basado en una serie de innovaciones y reformas que en ese momento se creyeron necesarias y beneficiosas atendiendo a la tradición y la idiosincrasia de nuestro pueblo, lo que fue mal entendido por el conservadurismo y el interés egoista de muchos, cerrándonos a cal y canto las principales puertas. Moros, Cristianos, Cofradía, Comisión de Festejos y Ayuntamiento, celebraron una reunión extraordinaria en el Castillo para decidir que se hacía con la nueva Kábila. La decisión fué la de imponerle a cambio de salir, el estar cinco años sin percibir ni un duro de la subvención que provenía de los boletos. Esto lejos de amilanar a este grupo de amigos, acrecentó su espíritu y siguieron luchando con redoblado ímpetu.
El Dos de Mayo de 1972, la Kábila Ceyt Abuceyt hizo su aparición en medio de una gran espectación por parte del pueblo, que siempre está a favor del marginado y del débil cuando a este le asiste la razón. Por lo que celebró la salida del nuevo grupo, que traía a la fiesta un nuevo estilo a la hora de desfilar, al son de su Tabú, que sonaba a música misteriosa del África lejana. Esto hizo que sus estrofas fueran rápidamente tarareadas por todo el mundo, que puestos en pie en las tribunas, cantaban al mismo tiempo que los kabileños, creándose una simbiosis perfecta entre el pueblo y los Ceyt o Aceites, como vulgarmente se nos conoce.
Entre las innovaciones que la Kábila Ceyt Abuceyt ha aportado cabe destacar su vestuario siempre muy personal y lleno de originalidad, dentro de la línea de los moros caravaqueños, que para nada necesitan el copiar de otros lugares; su forma de desfilar al son de su famoso Tabú, que pronto influiría en otras Kábilas; su estandarte, que al principio causó extrañeza, ya que los moros al igual que los cristianos usaban bandera, pero que ahora es utilizado por todas éstas; el Refugio, que vino a ser el descanso del guerrero, de su esposa y lugar de esparcimiento, comidas, cenas y bailes, que congregan a festeros e invitados hasta altas horas de la madrugada. La moda del refugio que durante años fué exclusiva de Ceyt Abuceyt, hoy día es patrimonio de todos. Y seguramente que a la existencia de ésto, le deba su vida la fiesta, porque llegaron en el momento justo, en el que el cansancio y la desgana hacían mella. Y es que de toda la vida, el mejor premio a un guerrero después de la batalla o un desfile es una buena juerga. Todos los grandes generales lo pusieron en práctica a lo largo de la Historia para premiar los éxitos militares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario